martes, 28 de diciembre de 2010


Olvídate de todo lo que pasó aquella noche, todo fue falso.

Nadie entró por esa puerta.
No se cayeron las figuritas de la encimera del golpe, pues no hubo portazo.
No me manchaste la alfombra de barro, porque tampoco la había.
No te lanzaste a mi cuello gritando, porque yo no te oía.
No te resbalaste con los zapatos aún llenos de barro, y tampoco nos caímos al sofá.
Nadie intentó besarme tras un repentino e inesperado apagón.
Nadie buscó mi mirada en las tinieblas, y tampoco me susurró un "No te vayas por favor".
Nadie aferró mi mandíbula pidiéndome un beso.
No hubo aromas a jazmín ni limón. Ni si quiera hubo lluvia. Tampoco sol.

Todo fueron mentiras. ¿Y de quién? Tal vez tuyas, tal vez mías. No lo sé. Y tampoco es que me importe demasiado.


¿Por qué?
Tal vez porque todo fue un sueño.

2 comentarios:

  1. Los sueños...les echamos la culpa o explicamos situaciones extrañas con ellos, cuando en realidad son lo único subjetivo de verdad que pueda existir. Al fin y al cabo se dice que una persona acaba soñando con lo que más piensa durante el día. Todos necesitamos cariño '')

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